¿Adiós al turismo de «coffee shops» en Holanda?

Coffee shop

Coffeeshop en Amsterdam. Foto: C Simmons (Flickr)

Más de un millón y medio de los cerca de siete millones de visitantes que cada año pasan por Amsterdam, acude a un coffeeshop. Pero parece que eso se acabó. Holanda quiere acabar con el turismo del porro. Así que, a partir del próximo 1 de enero de 2013, gran parte de los más de 650 coffees que se encuentran repartidos por todo el país, funcionarán como clubes en los que solo se permitirá la entrada de los socios: ciudadanos holandeses con permiso de residencia. Los turistas, ya no podrán pasar.

En el primer post en YoErasmus ya os avisaba: Holanda quiere quitarse de encima los estereotipos. De hecho, Maastricht, la ciudad en la que yo estoy de Erasmus, es mucho más que el clásico holandés de porros y prostitutas. Pero, lo cierto es que, hasta ahora, muchos de los turistas que llegaban a los Países Bajos lo hacían, en buena parte, atraídos por el efecto llamada de la marihuanay el Barrio Rojo. Solo durante 2010, al menos 135.000 españoles visitaron estos famosos establecimientos.

El gobierno holandés había anunciado que, a partir del próximo año, sería necesario presentar un carnet de socio y un permiso de residencia para poder consumir cannabis en un coffeeshop del país. Tras las elecciones del pasado mes de septiembre, el nuevo ejecutivo parece que ha dado marcha atrás. Las presiones de algunas ciudades como Ámsterdam, han conseguido que el presidente Mark Rutte deje abierta la posibilidad de que cada región tome la decisión que considere “más oportuna”.

Foto:  andrijbulba (Flickr)

Foto: andrijbulba (Flickr)

Maastricht, que pertenece a una de las provincias más conservadoras de Holanda, fue la primera ciudad que convirtió los coffeeshops en clubs exclusivos para residentes. De hecho, la norma ya entró en vigor el pasado 1 de Mayo de 2012. Desde entonces, los establecimientos están obligados a pedir el carnet y vetar la entrada de los turistas. Hasta la puesta en marcha de la nueva ley, unas 6.000 personas visitaban cada día los coffees de la ciudad. Gran parte de los clientes venían desde Bélgica o Alemania, aprovechando la cercanía de la frontera, solo para poder comprar cannabis de forma legal.

Quizá por eso, y por el volumen de negocio que representa, el Ayuntamiento acordó permitir a los residentes en estos dos países vecinos que pudieran seguir haciendo uso de este tipo de cafés. ¿Y para el resto de extranjeros? ¿Se cumple siempre la ley a rajatabla? Hacemos la prueba. Una tarde de Noviembre, a eso de las seis, entramos en un coffeeshop de Maastricht. Al vernos, el camarero sale de la barra. Todavía tenemos un pie dentro y otro fuera del establecimiento, pero él ya nos ha pedido que nos identifiquemos. “May I have your ID cards, please?”, pregunta intencionadamente en ingles.

Por si no estaba claro que somos extranjeros, saco el DNI de la cartera y, con un vistazo, me lo devuelve diciendo “you are not dutch, so you can´t stay here”. ¿Cómo es eso? ¿Acaso solo pueden entrar holandeses?, pregunto haciéndome el loco. “Si, la nueva ley prohíbe que atendamos a los turistas”. Intento explicarle que no soy turista, que vivo aquí y estudio en la universidad de la ciudad. Pero, visiblemente nervioso, nos pide que salgamos. Dice que la nueva ley es muy restrictiva, y que no quiere problemas con la policía. Hemos durado dentro menos de un minuto.

Foto:  javinovo (Flickr)

Foto: javinovo (Flickr)

Tiene razón. Según la ley, para poder consumir, los clientes tienen que registrarse antes como socios y enseñar su tarjeta de residente. Cada café puede tener un máximo de 2000 socios fijos y, además, tiene prohibido vender droga cuyo índice de THC supere el 15%. ¿Y qué es eso del THC? Pues es el ingrediente activo del cannabis, una sustancia muy adictiva y depresora del sistema nervioso central, según los expertos. Un informe encargado por el gobierno holandés en 2011, concluyó que la marihuana con un THC superior al 15 % es tan peligrosa que se debería clasificar entre las drogas más duras.

El portavoz de los propietarios de los coffees de Maastricht, Mark Josemans, no piensa igual. Hace unos días comentaba en el portal de noticias Dutchnews que una cantidad alta de THC no tiene porqué resultar más nociva para la salud y que, incluso, puede “hacer que se fume menos”. Además, añadió que el gobierno holandés solo consigue con este tipo de restricciones que “se haga más grande el circuito de venta ilegal» en el país.

Por su parte, el alcalde de Amsterdam ya ha dejado claro que los turistas que visiten la ciudad podrán seguir utilizando los más de 200 coffeeshops que hay repartidos por sus calles. De hecho, fueron precisamente las presiones de algunos de los núcleos turísticos del país las que llevaron al nuevo gobierno a dar marcha atrás en sus planes. El negocio del “turismo de la droga” reporta varios millones de euros al año y, además, se ha convertido ya en parte de la “postal holandesa”.

Por eso parece que muchas regiones optarán finalmente por no prohibirlo y que, solo algunas ciudades como Maastricht, continuarán manteniendo la actual regulación. Aquí, la gran mayoría de los ciudadanos consideran que la venta de cannabis suele puede traer problemas de desórdenes públicos y criminalidad. “Somos una ciudad monumental que prefiere ser recordada por la firma del Tratado de la Unión Europea, en 1991, y no por la marihuana fumada a la orilla del río Maas”, ha dicho el alcalde en un vídeo de Youtube.

2 pensamientos en “¿Adiós al turismo de «coffee shops» en Holanda?

  1. Precisamente en eso estaba yo pensando: en Ámsterdam no se va a prohibir y en algunas otras ciudades también están dejando que entren turistas a fumar. De hecho me pareció leer algo del alcalde de Ámsterdam diciendo que en caso de que se prohibiesen los porros los turistas irían en bandas por la ciudad destruyendo cosas por sus ansias de colocarse. Un poco exagerado, ¿no?

  2. Si, Amsterdam se negó desde el principio. Las ciudades del sur, como Maastricht, se apuntaron en seguida. Y aunque parecía que en 2013 todas las ciudades salvo Amsterdam tendrían que aplicar la nueva ley, ahora que el gobierno ha dado marcha atrás y las ciudades pueden elegir, está por ver quién la aplicará y quién no. De todas formas, no parece que las ciudades del sur que ya lo han puesto en marcha vayan a replanteárselo…Al final es cierto que que la gente, si no puede conseguirlo de forma legal, acaba olvidándose del tema o buscándolo en otros sitios…

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